Actualmente, encontramos en educación multitud de metodologías alternativas a la
tradicional que son objeto de numerosas investigaciones con pronóstico exitoso
en el aprendizaje de nuestro alumnado. Concretamente, me gustaría hablar sobre el
Aprendizaje Cooperativo (AC). La RAE define “cooperación” como “acción de obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común”. Por tanto, el aprendizaje cooperativo es “el
empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos
para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás” (D.W. Johnson, R. T. Johnson & E. J. Holubec, 1994, pág. 5)
Los autores citados anteriormente hacen
referencia a identificar ante qué grupo de trabajo nos vamos a encontrar para
saber si el AC es una buena opción metodológica en nuestra aula. Describe 4
tipos diferentes (D.W. Johnson,
R. T. Johnson & E. J. Holubec, 1994):
1.
El grupo de pseudoaprendizaje: en
este caso, los alumnos acatan la directiva de trabajar juntos, pero no tienen
ningún interés en hacerlo. Creen que serán evaluados según la puntuación que se
asigne a su desempeño individual.
2.
El grupo de aprendizaje tradicional: se indica
a los alumnos que trabajen juntos y ellos se disponen a hacerlo, pero las
tareas que se les asignan están estructuradas de tal modo que no requieren un
verdadero trabajo conjunto. Sólo interactúan para aclarar cómo deben llevarse a
cabo las tareas. Intercambian información, pero no se sienten motivados a
enseñar lo que saben a sus compañeros de equipo
3.
El grupo de aprendizaje
cooperativo: a los alumnos se les indica que trabajen juntos y ellos lo hacen
de buen grado. Saben que su rendimiento depende del esfuerzo de todos los
miembros del grupo. Los grupos de este tipo tienen cinco características distintivas:
tienen un objetivo grupal, asumen la responsabilidad individual dentro del
grupo y hacen responsables a los demás, trabajan codo a codo, utilizan recursos
de relación interpersonal, analizan la eficacia de su trabajo en relación con
su objetivo.
4.
El grupo de aprendizaje cooperativo de alto
rendimiento: éste es un tipo de grupo que cumple con todos los criterios
requeridos para ser un grupo de aprendizaje cooperativo y, además, obtiene
rendimientos que superan cualquier expectativa razonable. Lo que los diferencia
del grupo de aprendizaje cooperativo es el nivel de compromiso que tienen los
miembros entre sí y con el éxito del grupo.
En mis prácticas, se ha llevado a cabo esta
metodología para realizar actividades sencillas, pero que, en realidad, no se hacen
o aprende de forma conjunta, sino que se completa conforme al grupo de aprendizaje
tradicional. Esto puede deberse a dos razones: desconocimiento del grupo al que
nos estamos enfrentando y la no adecuación de la metodología al mismo. En mi
opinión, creo que esta metodología debe ser presentada con actividades o
proyectos ambiciosos que ayuden a la motivación del alumnado. Esto se
contrapone a la opinión de muchos que piensan que se debe trabajar de vez en cuando
para adquirir los valores de cooperación y solidaridad sin necesidad de tener
que trabajar siempre en grupo (Zabala, 2008).
El AC se opone a la competitividad que siempre
ha predominado el modo de relación interpersonal entre el alumnado. Se produce
otra estructura organizativa basada en el trabajo en equipo y en la relación
con compañeros para aprender más y mejor gracias al modo de ejecución metodológico.
D.W. Johnson, R. T. Johnson &
E. J. Holubec (1994) nos dicen que, para que un aprendizaje cooperativo sea efectivo
e interiorizado se debe dedicar la mayor parte del tiempo a la misma (entre el
60 y 80%). Mi opinión coincide con la de estos autores, ya que trabajar de
manera aislada una metodología que tiene tanto potencial, requiere de una profundización
en el procedimiento y una toma de conciencia por parte de
los estudiantes.
REFERENCIAS DOCUMENTALES
D.W. Johnson, R. T. Johnson & E. J. Holubec. (1994). El aprendizaje cooperativo
en el aula.
Zabala, A. (2009). 9 ideas clave. El aprendizaje cooperativo.