domingo, 23 de febrero de 2020

Semanario 3

Esta semana me gustaría hablaros de rutinas y costumbres que tenemos en la convivencia de clase:

En primer lugar, comenzamos el día recordando el día de la semana, fecha, mes, año, estación y tiempo que hace. Para ello “el primero de la fila” responde a preguntas por parte de sus compañeros como: what day is it today? What date is it? What month is it? What year is it? What season is it? What’s the weather like? Los compañeros que hacen las preguntas son elegidos por azar. 

En segundo lugar, os cuento cómo se relajan después del recreo. La parte de relajación la lleva, de nuevo, el primero de la fila junto con la Seño y las prácticas. Para ambientar el aula se bajan persianas y se pone música relajante. Se hacen series de 5 respiraciones acompañadas de brazo hacia adelante  y hacia atrás, cabeza a los lados y hacia abajo y arriba y, por último, el primero de la fila le hace cosquillas relajantes en la espalda a cada uno de sus compañeros.

Por último, los lunes son día de contar a los compañeros un breve resumen de libros que hayan leído. Antes deben completar una ficha donde escriben una sinopsis, lo que han aprendido y si les ha gustado o no. Una vez que lo presentan, por cada libro se les da un “BAM”  que pegarán a su nombre escrito en un rincón del aula. 

Metodologías: Aprendizaje Cooperativo

  Actualmente, encontramos en educación multitud de metodologías alternativas a la tradicional que son objeto de numerosas investigaciones con pronóstico exitoso en el aprendizaje de nuestro alumnado. Concretamente, me gustaría hablar sobre el Aprendizaje Cooperativo (AC). La RAE define “cooperación” como “acción de obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común. Por tanto, el aprendizaje cooperativo es “el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás” (D.W. Johnson, R. T. Johnson & E. J. Holubec, 1994, pág. 5)

  Los autores citados anteriormente hacen referencia a identificar ante qué grupo de trabajo nos vamos a encontrar para saber si el AC es una buena opción metodológica en nuestra aula. Describe 4 tipos diferentes (D.W. Johnson, R. T. Johnson & E. J. Holubec, 1994):

1.      El grupo de pseudoaprendizaje: en este caso, los alumnos acatan la directiva de trabajar juntos, pero no tienen ningún interés en hacerlo. Creen que serán evaluados según la puntuación que se asigne a su desempeño individual.

2.       El grupo de aprendizaje tradicional: se indica a los alumnos que trabajen juntos y ellos se disponen a hacerlo, pero las tareas que se les asignan están estructuradas de tal modo que no requieren un verdadero trabajo conjunto. Sólo interactúan para aclarar cómo deben llevarse a cabo las tareas. Intercambian información, pero no se sienten motivados a enseñar lo que saben a sus compañeros de equipo

3.      El grupo de aprendizaje cooperativo: a los alumnos se les indica que trabajen juntos y ellos lo hacen de buen grado. Saben que su rendimiento depende del esfuerzo de todos los miembros del grupo. Los grupos de este tipo tienen cinco características distintivas: tienen un objetivo grupal, asumen la responsabilidad individual dentro del grupo y hacen responsables a los demás, trabajan codo a codo, utilizan recursos de relación interpersonal, analizan la eficacia de su trabajo en relación con su objetivo.

4.       El grupo de aprendizaje cooperativo de alto rendimiento: éste es un tipo de grupo que cumple con todos los criterios requeridos para ser un grupo de aprendizaje cooperativo y, además, obtiene rendimientos que superan cualquier expectativa razonable. Lo que los diferencia del grupo de aprendizaje cooperativo es el nivel de compromiso que tienen los miembros entre sí y con el éxito del grupo.

  En mis prácticas, se ha llevado a cabo esta metodología para realizar actividades sencillas, pero que, en realidad, no se hacen o aprende de forma conjunta, sino que se completa conforme al grupo de aprendizaje tradicional. Esto puede deberse a dos razones: desconocimiento del grupo al que nos estamos enfrentando y la no adecuación de la metodología al mismo. En mi opinión, creo que esta metodología debe ser presentada con actividades o proyectos ambiciosos que ayuden a la motivación del alumnado. Esto se contrapone a la opinión de muchos que piensan que se debe trabajar de vez en cuando para adquirir los valores de cooperación y solidaridad sin necesidad de tener que trabajar siempre en grupo (Zabala, 2008).


  El AC se opone a la competitividad que siempre ha predominado el modo de relación interpersonal entre el alumnado. Se produce otra estructura organizativa basada en el trabajo en equipo y en la relación con compañeros para aprender más y mejor gracias al modo de ejecución metodológico. D.W. Johnson, R. T. Johnson & E. J. Holubec (1994) nos dicen que, para que un aprendizaje cooperativo sea efectivo e interiorizado se debe dedicar la mayor parte del tiempo a la misma (entre el 60 y 80%). Mi opinión coincide con la de estos autores, ya que trabajar de manera aislada una metodología que tiene tanto potencial, requiere de una profundización en el procedimiento  y una toma de conciencia por parte de los estudiantes.

REFERENCIAS DOCUMENTALES

D.W. Johnson, R. T. Johnson & E. J. Holubec. (1994). El aprendizaje cooperativo en el aula.

Zabala, A. (2009). 9 ideas clave. El aprendizaje cooperativo.


Semanario 10: Reflexión sobre la experiencia de prácticas y el Grado en EP

  Desde que decidí matricularme en el grado de Educación Primaria he sabido de mi gran interés por la parte psicopedagógica que hay dentro...