A lo largo de lo cursado en el Grado de Educación
Primaria, siendo este el último año cursado, he podido darme cuenta de cómo
organiza la facultad las asignaturas que se imparten. La mayor parte de ellas,
son didácticas específicas de cada una de las asignaturas impartidas en
educación y, como en los centros educativos, el número de horas dedicado a
cursar materias relacionadas con la creatividad, salud emocional, física y social
cuentan con menos horas que dedicar frente a didácticas de materias como
matemáticas, lengua y ciencias.
La intención de esta reflexión no es intentar
justificar por qué la jerarquía actual de asignaturas, según su importancia,
debe invertirse, sino denunciar el desprestigio constante que se hace de
materias que, actualmente, nos están ayudando a afrontar el confinamiento de
una forma sana para nuestra mente y nuestro bienestar.
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Es, por tanto, desde la facultad donde a futuros
docentes se les da a entender que materias relacionadas con las artes plásticas,
visuales o musicales son asignaturas que requieren de menor esfuerzo y menor
dedicación. Esto, más tarde, se traslada a los contextos de trabajo donde se
sacrifican las horas de estas asignaturas para compensar faltas de ritmo de
otras como matemáticas o lengua o, incluso, para castigar al alumnado por malos
comportamientos.
Para valorar la educación y que esta sea de
calidad, se deben tener muy en cuenta todos los aspectos implicados en ella: didáctica,
psicología, pedagogía, neurociencia y diversidad dentro de cada una de las distintas
disciplinas. Se deben entender bien los beneficios de cada una de las materias
para cada uno de los aspectos implicados en educación.
El objetivo principal de la educación es el
desarrollo íntegro del estudiante como persona que vive y convive en sociedad y,
por ejemplo, los
últimos estudios sobre neuroeducación, la revolución de la escuela, apuntan a
que el ejercicio físico bien dirigido puede mejorar el desarrollo físico,
psíquico, emocional y social (MIAC).
Con todo esto, quiero decir que el origen del desprestigio hacia estas
materias, que son tan importantes como las demás, está en la formación de docentes.
Durante nuestra formación debemos reflexionar sobre la importancia de estas
materias, valorarlas e intentar reivindicar mayor número de horas para
formarnos en ellas adecuadamente. La formación es la base para el futuro de la
educación y la docencia.
REFERENCIAS DOCUMENTALES
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